Un rey tenía una bella esposa, un castillo y riquezas, incluyendo un asno maravilloso cuyos excrementos eran monedas de oro. Un día murió su esposa, después de hacerle prometer que no se casaría hasta que no encontrara una mujer cuya belleza y atributos igualaran los suyos. Aunque el rey estaba triste le convencieron de buscar otra esposa. Se hizo evidente que la única mujer que encajaría con la promesa era su propia hija.